Aquí llegó mi Estación... Au revoir!

Made in Barquisimeto...


Aun recuerdo aquel día cuando nos presentaron, ambos tímidos y un poco precavidos uno del otro.
Poco a poco fuimos entendiéndonos y abriendo y comentando nuestras vivencias, hasta el punto tal, que llego a existir entre ambos tal confianza propia de los grandes amigos. Como olvidar, que eras lo primero en que pensaba cuando abría los ojos por la mañana y lo último que veía al dormir. Invertía grandes cantidades de tiempo en pensar que hacer para sorprenderte y en que decir para agradarte.
Que buenos tiempos, ¡únicos!
Por ti he conocido a tanta gente, tus amigos y muchos otros que también viven para ti.
Me acompañaste cuando caí, me acompañaste cuando estaba caminando, me acompañaste en el triunfo. En fin te hiciste una conmigo, y eso realmente te lo agradezco.
Pero llego el momento, no se si por el exceso de trabajo de ambos, en que todo se enfrió. Y al volvernos a ver, aquellas cosquillas que sentíamos en el estómago, ya no se palpaban más. Aún mantienes tu encanto, tu frescura, tu belleza, tu magia… pero eso, ya no es suficiente. Muchas cosas han cambiado y continúan cambiando en mi Imperio. Me he movido a otro nivel, y como siempre te lo dije: “La vida es como un gran tren, en donde se suben algunas personas en unas estaciones que luego bajan, para que otra nuevas suban a un nuevo viaje.”
Aquí continuo, y se que tu también estas ahí para mi. Lo único que si puedo decir, es que no veo desperdicio alguno en este año, y que por el contrario, han resultado solo cosas buenas y positivas.
Antes de irme, quisiera saludar a los grandes amigos que gracias a ti conseguí: como Hily, Virtual Cherry, Andreina, Nairo y tantos otros panas que con su compañía animaron el vagón del tren donde me toco viajar. Saludos también a los infelices que, tristemente, han pasado por acá y dejado su huella…que triste que no tengan una vida propia y necesiten de los demás para poder sentir… que tristes.

Finalmente, llego mi parada, y mi hora de bajarme. Fue bonito, muy bonito, pero hay que seguir… solo digo: Misión cumplida…

Seguramente nos volveremos a ver en algún punto de Mi Imperio.
Au revoir.

- En un hangar cubierto por una espesa neblina, donde no se lograba divisar más allá de tres pasos, el Tren se encontraba detenido esperando el desembarque de sus pasajeros, y allí en ese momento, descendió El Emperador, con un bolso al hombro y pateando un balón. Mientras caminaba y se alejaba por aquella incierta salida, se escuchaba que tarareaba la estrofa de una canción: “Que lastima pero adiós, me despido de ti y me voy…”

FIN