Directo Pa' Hong Kong

Made in Barquisimeto...

Hace pocos días escuche la frase de un amigo que siempre es acertado: “La fama es un engaño, detrás de ella siempre esta la trampa”… realmente no le preste mucha atención al momento, pero luego al analizarla me dije: Tiene razón.

Comencemos desde el inicio. Primero, no soy para nada famoso. Desde hace 4 años estoy al frente de la producción y co-presentación de un programa muy escuchado en mi ciudad (Barquisimeto) y un poco más allá. Tengo la suerte de trabajar con una de las mujeres más admiradas y conocida por el público de estos lados. De allí es donde me ha llegado algo de exposición mediática tanto en TV como en prensa y en cuanto sarao se inventa mi compañera (a ella le encanta farandulear).
No miento que en mis inicios, deslumbrado por todo ese medio que para mi era desconocido, me sedujo la idea de ser conocido y reconocido, de entrar a cualquier lugar, ser invitado impelable en los mejores eventos, que todos apreciaran tu trabajo y lo que haces… y así mismo fue… Puros espejismos.

Agradezco que en mi casa soy uno más, tengo que lavar mi plato, recoger mis medias e interiores de la cesta de la ropa limpia y guardarla en la gaveta, lavarle el carro a mi papa los fines de semana, ir al abasto a comprarle “la perrarina” a los perros, entre otras cosas. Igualmente “mis amigos” los mismos de la primaria, el bachillerato, y algunos de la universidad, me ponen los pies en la tierra frecuentemente y soy uno más de los que tiene que salir a auxiliar al pana que se quedo accidentado, el que le tiene que salir a comprarle la medicina a alguno, el que le da golpes en la espalda al amigo cuando esta devolviendo todo a causa de la pea, o el que recibe al otro que peleo con el Papá y lo han botado de la casa.

Realmente les agradezco, porque he sido testigo presencial de personas que llegan muy humildes y sencillas a este medio, y en menos de los uno dice Na’ Guaraaaa, cambian completamente y se convierten en personas arrogantes, presuntuosas es decir, se les suben los humos a la cabeza… al final terminan resultando estrellitas estrelladas… boh!
Pero ahora, que luego de disfrutar los placeres de esa situación, estoy saboreando lo amargo, es cuando desearía volver a ser el mismo anónimo de antes, el que no importaba si con tremenda pea se quedaba dormido en plena entrada de la panadería de la urbanización. El que no importaba si salía todas las noches sin que comentaran en media ciudad que se convierte en alcohólico, el que su vida era tan insignificante para los demás que no se preocupaban por observar con quien sale o deja de salir, a donde va o deja de ir. Si salías con una amiga y tu novia no andaba, ni lo notaban mas que tus amigos, y esos seguros no sembrarían cizañas mal intencionadas, además nadie se tomaba el tiempo de ponerme en mal ante mis amigos, compañeros de trabajo, familia… a nadie le importaba ni media papa lo que hacía!

Como extraño aquellos días. Tenias razón hermano: “La fama es un engaño, detrás de ella siempre esta la trampa”… la trampa de la infelicidad.

En fin... ¡me quiero ir pa' Hong Kong!